dissabte, de març 18, 2006
Més gent no pensa callar i diu NO TAN A PROP a un abocador a 700 metres de la seua finca.
En 1987 su padre compró, con esfuerzo e ilusión, la Dehesa de Peña Horcada. Dos años después construyeron a pocos metros de su propiedad el vertedero municipal de Cáceres. Y ahí empezaron los problemas, motivados especialmente por los malos olores que con frecuencia se hacen insoportables y por el ruido que generan los camiones cuando van a depositar la basura cada noche. Durante 20 años Francisco Bueno Núñez, que es junto a su madre y hermanos uno de los herederos de la finca, permaneció soportando en silencio los inconvenientes que una instalación de este tipo conlleva.
Conocedor de que estaba previsto que el vertedero se iba a sellar y que su finca recuperaría la dignidad perdida, ahora vuelve a ver con tristeza cómo la administración decide que Los Millares sea el lugar escogido para hacer un ecoparque. Pero esta vez Bueno ha iniciado los pasos para tratar de evitarlo. "No me voy a callar otros 20 años", confiesa. Y añade: "Comprendo que en algún sitio habrá que ponerlo, pero no estoy de acuerdo con que sea ahí".
Asegura que la planta de residuos se levantará a 700 metros de su finca. Ha remitido un escrito al ayuntamiento argumentando los motivos de su postura. "Aquí no hay nada degradado, hay milanos reales, garzas, cigüeñas, patos, charcas, un encinar joven y nuevo...".
Dice que no desea ni vender ni que le expropien, sólo conseguir que la finca tenga actividad. La Dehesa de Peña Horcada dispone de una preciosa casa construida en 1884 por Manuel Mateos Cedrún. Durante un tiempo fue utilizada por Bueno como alojamiento rural, una actividad que ahora está en baja provisional pero que "se quiere mantener y conservar". No quiere enfrentamientos con la Junta o el ayuntamiento, ni caer "en el insulto mordaz, sólo quiero --concluye-- defender la riqueza ecológica de este entorno". Periòdic d'Extremadura.
