dilluns, de setembre 12, 2005

Un vecino maloliente


Benalmadena
Un vecino maloliente
Cientos de benalmadenses soportan a diario el hedor que procede de la depuradora de Arroyo de la Miel
TEXTO Y FOTOS: ÁLVARO PAYO / PDS / BENALMÁDENA
EL olor se agarra a las fosas nasales como si de una lapa se tratase. Una amalgama de hedores repugnantes que recuerdan a alimentos podridos, sustancias químicas corrompidas, trapos viejos o agua estancada. Baja por la garganta hasta llegar a producir secas nauseas en el estómago. Al primer minuto, resulta molesto. A los pocos, insoportable. Y convivir con él, una experiencia desquiciante.

La peste ha pasado a formar parte de la vida cotidiana de los vecinos de las avenidas Mare Nostrum y Las Palmeras o de la calle Firmamento. Viven en zonas residenciales privilegiadas, pero no contaron con un factor a la hora de mudarse: la cercanía de la estación depuradora de Arroyo de la Miel.

Unas instalaciones con 25 años de antigüedad totalmente obsoletas para atender las necesidades de la población benalmadense. No da abasto para depurar la cantidad de aguas residuales que recepciona cada día, de lo que se deriva un tufo constante, especialmente por las noches.

Según el viento

«Aquí somos los campeones de los malos olores», afirma categórico Leonardo Prieto, que hace años adquirió su segunda residencia a escasos metros de la depuradora. «Nos llega más o menos olor según sople el viento: si viene del norte, lo soportan los que viven en la calle Firmamento, pero si sopla del sur nos toca aguantarlo a los que vivimos en la avenida Mare Nostrum», dice.

Ni tan siquiera se pueden dar el gusto de dejar las ventanas abiertas durante muchas noches de verano. «El olor de los colectores llega a ser insoportable», comenta. Leonardo considera que, dentro de la precariedad de las instalaciones, «se podría buscar un remedio para reducir los efectos negativos».

Fabiana Barbarulo padece la situación por partida doble. «Vivo en un adosado en la calle Firmamento y tengo mi negocio al final de la avenida Mare Nostrum, así que estoy todo el día con los malos olores», explica. Como muchos otros vecinos, no se ha planteado cambiar de casa «porque confío en que la nueva depuradora acabe con el problema». Pero un incendio destruyó las instalaciones a escasos meses de su puesta en marcha, así que el problema se prolongará.

En cambio, en el conjunto residencial Los Nadales ya son muchos los que han decidido hacer las maletas a cuenta de los malos olores. «Desde que se construyó hace cinco años, unos 15 propietarios ya han vendido sus pisos», asegura Juan Ramón Hernández, presidente de la comunidad de vecinos.

Paciencia y ambientadores

«Nuestro problema se agrava porque pensamos que hay filtraciones de la depuradora en el arroyo que pasa junto a estas viviendas, cuyo embovedamiento hemos solicitado en muchas ocasiones», explica Juan Ramón. Así, el mal olor pasa directamente bajo sus balcones. «Desde el arroyo se nos cuela todo tipo de mosquitos e insectos en las casas, y las picaduras ya no son normales», se queja Miguel Montenegro, otro de los vecinos de Los Nadales. «El supermercado de al lado está triunfando con los ambientadores», señala con humor José Soria, vicepresidente de la comunidad. «La única forma de combatir este problema es con muchas dosis de paciencia y llenando la casa de ambientadores», añade.

El tufo afecta también a los comercios colindantes. John Cherry tiene un pub en la avenida de Las Palmeras, y muchos de sus clientes dejan de ir por culpa de los olores. «Cada noche tengo que encender varias varillas de incienso», comenta. «Los sistemas de Mancomunidad para eliminar los olores son una chapuza: ponen un parche en lugar de acabar con el problema», denuncia Enrique Bolín, alcalde del municipio. «El nuevo sistema desolorizador ha llegado tarde y es insuficiente: estaba previsto instalar tres máquinas en junio y al final han instalado una sola esta semana», asegura Enrique Moya, concejal de Sanidad.

Juan Cañete, director de Acosol, aclara que no han podido recepcionar los equipos antes por el periodo de vacaciones. «Hemos adquirido tres aparatos móviles para todas las depuradoras de Mancomunidad y, aunque ahora haya sólo uno en Arroyo, sumaremos más máquinas conforme a la necesidad», anuncia.

Comments:
La depuradora nueva de Benalmádena se incendió en mayo de 2004 a los pocos meses de su inauguración. Decían que era la primera enterrada, por lo visto ha sido la primera y la última depuradora enterrada hasta el momento.
 
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